
Óscar Santos, premiado por su labor en vinos, comenzó regentado a los 20 años una tienda familiar situada frente al Teatro Guimerá
Óscar Santos lleva el mundo del vino en la sangre. Se inició de la mano de su padre a quien ha querido dedicar el Premio a la Labor en Vinos que se le ha concedido y quien poseía una tienda que tuvo que encargarse cuando comenzaron a surgir algunas dificultades, a los 20 años. Este primer negocio, situado enfrente del santacrucero Teatro Guimerá, llevaba el nombre de Óscar Santos y era una tienda de licores y vinos que vendía, tanto al mayor como al detal.
A partir de ese momento al negocio se une el interés por el tema, animado por Lourdes Fernández, presidenta del Consejo Regulador Tacoronte Acentejo, “una persona que me dio la mano y me animó a especializarme”. Así surgió un negocio llamado “La Vinoteca” que perduró casi quince años en manos de Oscar Santos y de ahí, al ampliar sus miras y comenzar la venta de caldos de diversa procedencia, nació una nueva tienda especializada, esta vez en La Laguna, llamada Campos de Fresa, “un nombre que se debe a la canción de The Beatles que lleva el mismo nombre”. Actualmente Oscar Santos ha dado un paso más y dejado el pequeño comercio para integrarse en la plantilla de la empresa “Comercial Dofe”. Eso ha significado que su actividad se diversifique y aparte de vender vinos, “que es con lo que yo me gano la vida”, se dedica a asesorar a restaurantes, a elaborar cartas de vino y a organizar cursos de cata.
Santos considera que estamos viviendo un momento “dulce pero difícil” en lo que se refiere al vino de Canarias “lo digo porque hay muchas cosas que hacer, pero también difícil porque la gente recae en la hostelería rebotada de otras profesiones”. Se considera gratamente sorprendido de la oferta gastronómica que encuentra en el sur de la Isla, “siempre pensamos que en el sur encontramos oferta turística en todos los sentidos, y por eso mismo es necesario hacer una labor fundamental, ya que estamos en contacto directo con ese público que nos deja el dinero y que es el turismo”.
Este especialista ha sido un testigo privilegiado de la evolución del mundo del vino en canarias, desde los graneles, @que nunca vendí, pero que degusté en muchas bodegas”, o la venta de botellas, “con el corcho puesto a mano y cuya etiqueta también estaba escrita de la misma forma” hasta las denominaciones de origen actuales. “Podemos mejorar bastante, pero de quince años a ahora la calidad de nuestros vinos es increíblemente alta”.
Cultura del vino
Santos destaca la “cultura del vino” que se tiene en Canarias, “aquí somos bebedores de vino al cien por cien, mujeres hombre, etcétera, en todas las casas el vasito de vino existe y eso en otras islas no ocurre”. La necesidad de mejorar se basa, indicó, en el alto nivel de competencia, “tanto en calidades como en precio o imagen”. A esto ha ayudado la aparición de denominaciones de origen, “aunque ha sido una labor costosa que ha supuesto una revolución y la intencionalidad aquí, desde el que planta la uva hasta el que sirve el vino en la mesa, supone una apuesta de futuro importante, la gente está mentalizada de que hay que mejorar”.
Oscar santos considera que hay que dar libertad al vinatero. “a mi eso de imponer nunca me ha gustado, porque el mundo del vino es creativo y elaborar un buen vino es como quien hace una buena obra de arte y hay que dejar que la gente funcione, dentro de unas normas que sirvan para proteger los productos autóctonos, pero hay que abrir un poco más el abanico para que seamos más internacionales”.
La concesión del premio ha supuesto “una sorpresa muy agradable” para Santos. “Esto es lo que te alienta, porque al final el dinero va y viene, pero esto ha sido muy significativo porque, al margen de que lo merezca o no, supone un empujón en la etapa que ahora comienzo, es un aliento en una profesión que en muchos casos no está muy reconocida y parece una labor puramente comercial, a pesar del esfuerzo que supone para intentar sacar el sector adelante”.
Este especialista en vinos considera fundamental que se eleve el nivel de los estudios turísticos, “la idiosincrasia del canario es apropiada para el trabajo en el sector turístico, pero es necesaria mayor formación en el servicio”. Apuesta además por implantar estudios sobre el vino, “hay ciudades turísticas emblemáticas como el Puerto de la Cruz, que serían idóneas para esto, es una pena que siempre estemos dependiendo de que tenga que venir el sumiller de Madrid o Barcelona sin que podamos aportar los nuestros”
Oscar santos cree que nuestros restauradores “deben pensar que el vino tiene que ser uno de los elementos más importantes en el momento de la oferta que se hace. Yo no entiendo en un restaurante una comida sin vino”. Asegura que la política de encarecer los buenos vinos en los restaurantes provoca que se consuman vinos baratos o de poca calidad, “un buen plato nos da igual que cueste doscientas pesetas más o menos, si el producto es calidad, incrementa su valor considerablemente. Si vas a cobrar esas doscientas pesetas más, mejor cóbralas en el plato que en vino”.
Oscar Santos recomienda a los profesionales de la restauración que “miren mucho” el margen con el trabajan los vinos. Asimismo, considera que la oferta es mejor cuanta mayor es la variedad, “hay que darles juego a distintas bodegas sin casarte con ninguna, hay que apostar por todo porque hay muchos vinos por ahí, que son unos grandes desconocidos porque muchos profesionales trabajan de una forma fácil”.
Este profesional del vino defiende la internacionalización de la materia, porque “la calidad que pretendemos ofrecerle al turismo pasa por tener una oferta cuanto más variada mejor, defendiendo nuestros vinos, pero sin disparatar los precios”
Publicado en Diario de Avisos el 31 de mayo de 2001
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