Descripción
Le Clos des Fées parece una imagen salida de una tarjeta postal. En este lugar, la vid fue plantada a golpes de pico en medio de afloramientos de roca madre, en pequeños bolsillos de arcilla pura, y zigzaguea entre majestuosas encinas. Las piedras fueron retiradas de las viñas, una por una, a mano o con caballo, y apiladas, con paciencia y sabiduría, por generaciones de viticultores que trabajaron duro. Le Clos des Fées, nuestra decisión de trabajar en este rincón olvidado del Valle de Agly es, ante todo, la historia de una atracción por un mapa geológico.
Languedoc – Rousillon, con el paso de los años ha sufrido muchos cambios, ya que anteriormente se dedicaba a elaborar vinos a granel. La crisis originada por el exceso de producción y la mala calidad de los vinos, empieza a modificarse a partir de los años 70, cuando en los suelos más productivos se plantan otros cultivos más rentables, dejando la viña para tierras donde se incrementa la calidad. Esto a sido gracias a jóvenes viticultores dispuestos a apostar sin duda alguna , por la calidad y sacar el máximo partido al terroir de la zona, los vinos ganaron mucho en calidad, al ofrecer más elegancia y finura. Los tintos son frescos y con carácter con una presencia masiva de la Cariñena. Se caracterizan por tener siempre un clima muy templado, con veranos cálidos e inviernos no demasiado fríos, algo que ayuda a desarrollar unos viñedos que producen vinos de calidad, gracias al efecto del sol. Las variedades a destacar son Carignan Noir, Cinsault, Mourvèdre, Cournoise, Grenache, Oeillade, Syrah y Terret Noir
Los vinos franceses corresponden a uno de los más antiguos cultivos de la vid, su origen encuentra sus fuentes en la época del Imperio romano. Se les considera parte fundamental de Gastronomía de Francia, y algunas marcas han logrado un reconocimiento mundial. Francia es la segunda región donde más viñas hay en hectáreas, después de España. Cuenta con diferentes regiones de producción, cada una de ellas con características diferentes. La viticultura francesa, más que cualquier otra, ha permanecido fiel a este reconocimiento de los terrenos privilegiados, que se han valorizado por medio de una tecnología muy eficaz. Aunque hoy resulta evidente la competencia de otros países, la primacía de Francia en la producción de grandes vinos sigue siendo indiscutible.