Descripción
El Señorío de Arínzano ha sido reconocido por la excelencia de sus viñedos desde el siglo XI, cuando el señor Sancho Fortuñones de Arínzano elaboró por primera vez vinos en la propiedad.
En el siglo XVI, el palacio pertenecía a Mosén Lope de Eulate, que se titulaba señor de Arínzano y era consejero del rey Juan de Labrit. En el siglo XVIII, la propiedad había pasado a manos del Marqués de Zabalegui, que ordenó la construcción de la actual casona donde pudiera disfrutar de la belleza natural de la propiedad.
A principios del siglo XIX, se edificó la pequeña iglesia dedicada a San Martín de Tours. Se trata de una de las escasas construcciones religiosas de Navarra de estilo neoclásico. La propiedad cayó en desuso al mismo tiempo que se implantaba en toda España el sistema liberal.
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